Conformación y facultades del Senado en Canadá.
La Cámara de
Senadores está compuesta de 104 miembros, repartidos de la siguiente forma: 24
representantes de las provincias marítimas (10 de Nueva Escocia, 10 de Nueva
Brunswick y 4 de las Islas Príncipe Eduardo); 24 de Quebec; 24 de Ontario, 6 de
Manitoba; 6 de Saskatchewan; 6 de Alberta y 6 de la Columbia Británica; 6 de Newfoundland
y uno respectivamente para cada uno de los 3 territorios de Noroeste, Yukón y
Nunavut.
Para ser senador se
requiere 30 años cumplidos en el momento de su nombramiento; deben poseer bienes
con un valor neto de 4000 dolares canadienses y disponer de un activo total
neto de un mínimo de 4000 dolares canadienses anuales y residir en la provincia
o territorio que representan.
Los senadores son
designados por el Gobernador General a propuesta del primer Ministro y ocupan
el cargo hasta cumplir la edad de 75 años.
Las facultades de
esta Cámara son bastante limitadas, por lo que se ha convertido en una
institución prácticamente sin funciones.
En 1992 se convocó a
un referéndum para hacer que la elección de senadores fuera directa y de esta
forma otorgarles mayores facultades, sin embargo la iniciativa fue rechazada.
En Canadá
existe un debate político desde hace años en cuanto a la necesidad y/o validez
del Senado.
Los
Senadores son nombrados al Senado por el Primer Ministro. La función del
Senado se ha explicado como "una segunda y sobria opinión" antes de
aprobar una ley para su ascenso real (promulgación). No sabemos de
ninguna ley que haya sido rechazada por el Senado en tiempos modernos. De
manera que la aprobación del Senado es casi mera formalidad.
El Senado puede legislar en
cualquier tema de la agenda legislativa, excepto en lo concerniente al gasto
público o a la imposición de impuestos. También tiene la capacidad formal de
rechazar o enmendar cualquier legislación que se ponga a su consideración,
cuantas veces lo considere necesario. Ninguna iniciativa puede convertirse en
ley si no ha sido aprobada por el Senado. Todas estas atribuciones de la Cámara
alta bastarían para considerar al bicameralismo canadiense como
"integral", esdecir, donde ambas instancias legislativas tienen
paridad de facultades. Sin embargo, en la práctica legislativa no ocurre así.
Desde hace más de 40 años el Senado no rechaza una sola iniciativa emanada de
la Cámara de los Comunes y rara vez ha insistido en mantener alguna enmienda
que haya sido rechazada por la Cámara baja. La gran excepción sucedió en 1988,
cuando el Senado se rehusó a ratificar el Tratado de Libre Comercio con Estados
Unidos antes de que se celebraran elecciones generales. Una táctica común ha
sido retrasar la entrada en vigor de alguna ley demasiado polémica, a través de
la negativa del Senado a discutirla antes del final de determinada legislatura.
Incluso me llama la atención
el hecho de que la misma Constitución
canadiense no menciona las facultades del senado, sólo enuncia la conformación
de esta cámara.
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